lunes, 11 de noviembre de 2013

Amistades que traicionan, amores dolorosos



El comentario de una lectora en el post sobre Infidelidades,traiciones y otras deslealtades, que hacia referencia de una infidelidad con una amiga de la pareja, me ha recordado una historia de mi juventud, de mis tiernos años veinte y bastante alejada de las frivolidades que hasta ahora os he ido contando.  Un historia de deslealtad y traición y no de infidelidad.

En aquella época, todo lo revestía de romanticismo, fuera o no correspondida, y raramente aplicaba la más mínima estrategia para evitar, al menos, que me rompieran el corazón. Siempre estaba expuesta.
Así sucedió con lo que una muy buena amiga bautizó como mi amor doloroso, una historia, breve pero intensa, que difícilmente podía tener otro final.

Vayas o no disfrazada los carnavales nos desinhiben y nos contagian. Si yo no hubiera estado tan suelta, pese a la falta de disfraz, difícilmente hubiera establecido conversación con aquel chico de ojos rasgados, de fácil palabra y tierna mirada, que acabó invitándome a desayunar y a apostarse una cena como excusa para volver vernos. A partir de aquella noche, nos convertimos en dos amigos  inseparables, aunque nos hubiéramos conocido recientemente. No pasaba un día sin que tuviéramos noticias el uno del otro. No pasaba un fin de semana sin que quedáramos. Lo introduje en mi grupo de amigos, me presentó a los suyos, hacíamos excursiones y hasta escapadas de fin de semana. Fueron dos meses muy intensos en los que yo, pese a ser sincera con él y no obtener más respuesta que el silencio administrativo, pensaba que había alguna posibilidad de prosperar en nuestra amistad.

Quiso el destino cruzarme con una amiga de mi época universitaria, una muy buena amiga que, sin embargo, el tiempo y el día a día,  había entibiado nuestra amistad. Nos pusimos al día, yo le hablé de ese chico que estaba conociendo, con quién en ese momento no tenía más que una amistad pero del que cada día me sentía más enamorada. Ella me contó su última ruptura sentimental, lo decaída y triste que estaba, y yo para animarla la invité a que se viniera a pasar el puente del 1 de mayo a Toledo con él, unos amigos de él y yo misma.


Lo sé, ¡¡¡ a quién se le ocurre !!!, pues sólo a mí, que siempre he pecado de incauta y de confiar en los demás. No me podía imaginar que esos tres días marcarían el fin de una amistad de más de 10 años y originarían un corazón roto.
Fue en Toledo dónde se enamoraron, en esa ciudad emblema de la concordia y de la convivencia de culturas, en esa ciudad histórica que pese a ser una de las ciudades más bellas de nuestra geografía, para mi durante muchos años ha provocado una pública animadversión. Delante de mis narices,.Una, aunque ingenia, no ha tenido (ni tiene) un pelo de tonta y viví lo que estaba pasando entre ellos con mucha zozobra y tribulación.

Sus miradas, sus gestos, sus palabras pero no quise ser consciente hasta que ya la evidencia, en forma de conversación a las pocas semanas del aciago viaje y por parte de él, se convirtió en realidad. Ella no fue capaz de hablar conmigo. Ella, que era mi amiga, se refugió en él para que fuera él el que me rompiera el corazón en dos pedacitos, uno el del amor no correspondido y otro, el más importante, el de la amistad traicionada. Tuvo que ser un chico, al que conocía de tres meses, el que verbalizara el certificado de defunción entre mi amiga y yo.
Porque, aunque esta historia comenzara centrándose en mi amor doloroso, lo que siempre sentí fue la traición de la amistad y aún hoy en día, que mi lectura de esta historia es totalmente diferente, temo volverme a sentir traicionada.


Han pasado cerca de 10 años de aquello y como ya he comentado no podía haberse escrito otro final porque lo que surgió entre ellos fue amor. Aún así considero que mi amiga debía de haber actuado de otra manera. No sé si el hecho de haberme dado un poco de tiempo para asimilar lo que había entre ellos hubiera valido para mantener una relación cordial (no creo que una estrecha amistad), y dudo que, aunque no se hubiera comportado como una cobarde y hubiera sido ella la que hubiera venido a hablar conmigo, esta historia tuviera otro final.

Creo que el resultado hoy en día sería el mismo pero mi percepción de ella sí que sería distinta. No seríamos amigas porque sufrí mucho pero por lo menos sí que una vez pasó la pena, que pasó bastante rápido porque tuvo la vida que recordarme que hay cosas mucho más duras e importante que un desamor, la recordaría con cariño, porque tres meses, que fue la duración total de la historia, no puede cargarse el recuerdo y la percepción de una persona que conoces durante años.

by Off the record

7 comentarios:

  1. Estas cosas están al orden del día, forman parte de las relaciones (tanto de amistad como amorosas) y estos conflictos surgen creo por ese punto "egoísta" que todo el mundo poseemos y que nos lanza a cometer errores. Este tipo de situaciones las hemos tenido tod@s en algún momento, y creo que nos ayudan a mejorar (ya que aprendemos lo que no debemos hacer) y quedan en meras experiencias y recuerdos.
    Soy fan absoluta de esta sección!!
    Besazos

    Fashion Avenue by Adriana
    http://fashionavenueabc.blogspot.com.es/

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  2. Es una pena que estemos rodeados de estas historias. La vida te muestra deslealtades muchas veces, pero hasta de estas cosas hay que quedarse con lo bueno, piensa que te quitaste de encima a dos personas que si fueron capaces de hacerte daño, no merecía la pena tener cerca. Eso si me imagino que cuando te paso, todo esto que te decimos no te serviría de mucho....
    Besitos fuertes!!!!
    Laura
    keepintouchl.blogspot.com

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  3. Sorprendente historia. Madre mía q feo lo que te hicieron! Peor ella q el pero feo muy feo! Esta historia no la conocía... Uff! Muy dura amiga mía! Un besazo enorme

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  4. no creo que el hecho de que se enamoraran fuera una traicion, eso es incontrolable, pero si podrian haber tenido en cuenta tus sentimientos! que dificil situacion!

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  5. Efectivamente, en el corazón no se manda, y si estaban predestinados lo inevitable hubiera ocurrido en Toledo o Tumbuctú, pero si en verdad esas dos personas te querían, o al menos te apreciaban, pudieron haber sido más delicados contigo, en Toledo y a posteriori. Por cierto, ¿Sigues manteniendo algún contacto con alguno de los dos?
    Un besazo

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  6. En primer lugar, disculpadme porque he tenido un problemilla informático y hasta hoy no había leido vuestros comentarios.
    Soy consciente de que esta historia está a la orden del día y si la hubiera contado nada más suceder os aseguro que mi relato hubiera destilado mucho mas rencor y amargura. Era inevitable pero se podían hacer mejor las cosas.
    No quise mantener ningún contacto y el destino ha querido que no haya vuelto a cruzármelos más. Y que así sea porque aunque ha pasado el tiempo y la herida esta cicatrizada, para qué?. Como muy sabiamente se dice popularmente, la familia te toca, los amigos se eligen y yo elijo a los míos, casi siempre.
    Un beso a tod@s
    El lunes os espero aquí

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  7. Por desgracia, el amor a veces llega en las situaciones más indeseables... Sin embargo, en esta historia lo que más se echa en falta es el dolor de ella, de tu amiga, cuando no pudo evitar romperte el corazón. Si te quería de verdad, el dulzor del enamoramiento que estaba empezando a vivir debió de amargarse, al menos en parte, por el daño que te estaba causando... Aunque, por tu relato (que me ha encantado) diría que no le afectó demasiado tu circunstancia.

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